jueves, 4 de diciembre de 2008

Orgullo de pertenencia: el papel de la relación


Llevo unos días hablando del orgullo de pertenencia. Empecé comentando tres vertientes desde las que se genera o se destruye esa posibilidad de sentirte orgulloso del lugar en que trabajas:

- las características de la organización,
- las personas que la lideran y
- las relaciones de las personas que componen esa organización.

Ya he comentado las dos primeras y hoy quiero acabar esta pequeña serie refiriéndome a la tercera, a cómo las relaciones entre las personas de la organización también inciden en esa particular sensación de orgullo. En este sentido, me parece difícil sentirse orgulloso de la organización a la que perteneces si las relaciones con las personas que en ella trabajan te resultan casi insoportables. Por ello, si queremos promover ese orgullo, tenemos que prestar atención también a esas relaciones. No se trata de tomar una actitud de intromisión en la vida privada de las personas. Cada uno elige como amigo a quien le parece oportuno y no es necesario considerar a tus compañeros de trabajo amigos para que tu relación con ellos sea lo suficientemente adecuada como para que te sientas a gusto compartiendo el espacio laboral con esas personas.

¿Cuáles son los mínimos necesarios para que las relaciones con los compañeros sean un estímulo? Diría que como elemento básico se encuentra el respeto. También lo que se suele denominar compañerismo que podríamos traducir por la certeza de que las personas con las que trabajas te van a echar una mano si realmente lo necesitas y no van causarte daño de manera consciente y voluntaria. Finalmente, pienso que formar parte de un equipo en el que haya personas estimulantes (por sus habilidades, conocimientos, sentido del humor, actitud ante la vida,…) y capaces de estimular también es un factor importante.

Sin embargo, si bien me parece necesario que exista una relación adecuada entre los compañeros del equipo para poder sentirme orgulloso de la organización en la que participo, no veo tan claro que el que esa relación exista, incluso que sea extraordinaria, sea suficiente para generar ese orgullo. Los aspectos organizativos y de liderazgo pienso que son mucho más determinantes.

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