jueves, 28 de octubre de 2010

La administración que demanda la ciudadanía


Estos días se celebra en Gijón el XVI Seminario sobre Gestión Pública Local. En esta edición el lema central es “La administración que demanda la ciudadanía”. La conferencia inaugural corrió a  cargo de Eloisa del Pino Matute, Directora del Observatorio de la Calidad de los Servicios Públicos de la AEVAL. Comenzó su introducción cuestionando el tópico del inmovilismo de la administración públicas, subrayando que la administración pública es un objeto político en constante reforma, se está reformando continuamente. De hecho, afirmó, se ha modificado mucho más que las instituciones democráticas.
Lanzó un mensaje de optimismo frente a lo que denominó “funciofobia”. Ese optimismo se generó a partir de los datos de encuestas variadas que muestran una valoración positiva de la mayoría de la ciudadanía con la acción de las administraciones públicas. Una valoración más alta cuando se realiza a partir de la experiencia personal de relación con la administración. Evidentemente su planteamiento subrayó que esos datos también muestras importantes bolsas de insatisfacción que deben seguir sirviendo de impulso para la mejora.
Presentó también algunos datos relacionado con las quejas recibidas en la Administración  entre los que destacó los siguientes:
  • Un 30% no se queja porque piensa que no va a servir para nada o no sabe como hacerlo.
  • Un 18% se quejan por que no se contesta, se contesta tarde o no están satisfechos con lo que se les responde (la mitad de estos).
Un aspecto que me pareció clave en su presentación fue la idea de que la pregunta no es qué administración quieren los ciudadanos sino qué país desean, porque la administración no es sino un instrumento de un país y su propio reflejo. En este sentido, ofreció diversos datos que muestran la variedad de expectativas, incluso contradictorias, que la ciudadanía tiene respecto a la administración. Así, por ejemplo, pide equidad a la vez que personalización.
Lo que parece claro es que la ciudadanía quiere tener garantizadas unas condiciones de bienestar. ¿Quién debe ser responsable de garantizar ese bienestar? Según los datos que nos presentó, cerca del 80% piensa que el Estado. La política sanitaria es la considerada más importante. Le siguen pensiones y educación. Respecto a las formas de gestión, los ciudadanos apuestan por la gestión pública.
Por otra parte, la ciudadanía muestra una serie de estereotipos respecto a los empleados públicos y el funcionamiento de la administración:
  • La administración como caja negra: su funcionamiento es complejo y la ciudadanía no la entiende, viéndola como un monstruo que no se sabe para que sirve.
  • Percepción de ineficacia: se atribuye a lo privado una mayor nivel de eficacia frente al sector público.
  • El funcionario o burócrata sin rostro: se ve al empleado público como alguien que te trata de una manera despersonalizada, como un número no como una persona.
Para terminar, una cita que aportó y me pareció interesante.:
“La administración ha pasado por tantas crisis de identidad que en comparación la vida de un adolescente resulta idílica” (D. Waldo)

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